«La Brecha» conmoverá al lector, pero luego lo curará. Alguien se preguntaría para qúe las heridas, es decir, para qué la necesidad de curación. La capacidad de Tuševljaković para herir e inquietar con su libro habla del poder del escritor de alcanzar algo en lo profundo del lector, de despertar su sutil sensibilidad, de sobresaltarlo de la somnoloencia de su condición humana y establecer un diálogo con ellos. Introduciendo al lector en su propia habitación, Tuševljaković le ofrece la oportunidad de anular la brecha que lo separa de sí mismo. Diríamos que es la quintaesencia de lo artístico. Y no se puede aprender. Pero respira en el libro de Tuševljaković.
Nevena Stefanović